Pareciera lo
más sencillo del mundo coger una almohadita y rellenarla de algodón, pero no, para
hacer un cojín con detalles que lo hagan ver lindo además de útil es importante
hacer un diseño, en este caso les contaré como
hice mis primeros cojines experimentando con la técnica patchwork.
Como todos
cuando hacemos algo por primera vez corremos el riesgo de que o salga bien o
nos salga mal, como suerte de principiantes sí que me salieron lindos mis dos
primeros cojines, estaba muy contenta con el resultado aunque sabía que tenía
mil cosas por corregir, que no eran muy fáciles de percibir para una persona
del común que no supiera de costura, pero yo lo sabía.
Cuando le mostré a mi amigo Fer uno de los
cojines (me gusta la crítica de los
hombres porque al no ser tan detallistas como nosotras puede no ser tan crítica😀) le pareció bonito, pero cual sería mi sorpresa
cuando le hice el comentario de mis errores “invisibles” y antes de que yo
terminara la frase el me los mencionó
O_o, (tengamos en cuenta que es un chico que trabaja en una oficina y no tiene
idea de cosas de costura 😖 ), hasta ahí estaba en un nivel de aceptación digamos
que normal
Eso hizo que
quisiera hacer más cojines y mejorar la técnica, así que me puse manos a la
obra, muy animada porque había comprado nuevos materiales hice mis cortes y
empecé a coser, algo no me iba cuadrando, desde el principio noté como me estaban haciendo falta algunos colores para darle
continuidad al diseño pero en medio de la emoción
decidí cortar otros retazos y agregarlos, (que podía pasar si es patchwork…trabajar
con retazos…vale😄), pues mal, grave error, no es tan básico!
De terca que
soy continué con mi máquina hasta terminar el cojín, seguía sin gustarme pero
no paraba de hacerlo, creo que necesitaba la confirmación a gritos de que esto
iba a salir mal.
Efectivamente
lo terminé y quedó tan feo 😝 que me hizo recordar mi poca tolerancia al fracaso😠, no tenía gracia lanzarlo contra una pared porque era tan suavecito
que no iba ni siquiera a sonar así que sería peor la frustración.
Entonces
decidí guardar todos los materiales y tomarme un descanso… hasta el otro día,
ya con la mente más clara y sin ver el cojín feo que había escondido, comencé de
nuevo, tomé mejore medidas, cambié el tema del cojín totalmente y adivinen…
este sí me salió y mucho mejor que los otros😁.
Luego se lo
mostré a Nelson (otro de mis mejores amigos) y le pareció que estaba muy lindo y
que quería uno para él, cuando le conté del otro que hice tan feo no me creyó
hasta que le envié la foto, esto fue por chat, creo que si hubiera podido ver
su cara esta sería de espanto y risa, pero el muy sútil solo atinó a decirme que sí estaba un poco “regular”
La moraleja
de esta anécdota es que de los errores se aprende y no porque falles una vez
debes desistir, al contrario toca asumirlo como un reto y así mismo las cosas
se van dando de mejores maneras.
También que
con los amigos de verdad se puede contar siempre para que te digan que tan
bueno o que tan malo eres haciendo algo, el nivel de sutileza ya depende de su
carácter😉
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De cuando en vez es buenjo contar con la opinion de alguien que este cerca de ti y que si pueda ver tus OBRAS DE ARTE en vivo.
ResponderEliminarPero bueno cada cual en su grado de importancia para ser o no mencionado o tenido en cuenta.
Lo que vi me gusto, esa es mi opinion sincera