Este fin de semana me sucedió algo que no podía dejar de compartir considerando su nivel de locura, resulta que el sábado como todos los sábados salí a trabajar, por cosas del caos vehicular de esta ciudad y aun habiendo salido con el tiempo prudencial por si algún acontecimiento se presenta, duré esperando mi transporte por más de 20 minutos y nunca llegó, como la paciencia no es lo mio (aún, porque ya saben que trabajo en ello aunque parece ser muy lento el progreso) decidí tomar cualquier bus que me dejara en el camino que pudiera hacer un trasbordo e ir avanzando, así lo hice y logré sentarme tranquila mientras llegaba, en eso que se sube un señor de tal vez unos 50 años y como no habían más sillas un chico le cedió la suya y empieza este abuelo con el discurso de que ya nadie hacía eso, que algunAs se ponían a jugar con el celular (lo cual estaba yo haciendo O_o)
otros se hacían los dormidos etc.Mi yo interno ya estaba un poco molesto, acaso este sujeto sabía que yo estaba levantada desde las cinco de la mañana haciendo diligencias? (y ya eran las 3:00 pm) Que tengo una casa que dejo medianamente organizada antes de irme? Que me dirigía a cumplir un turno de trabajo de once horas y que quizás solo podría sentarme una sola con intervalos de dos ó tres? Que no duermo cuando tengo turnos así de largos y mi nivel de tolerancia baja significativamente? Que le hace pensar que por tener canas debo darle mi silla? Yo tengo canas desde que tenía 20 años sólo que me las pinto y no ando contándole a todo mundo como es mi día para que me cedan una silla! Si acaso piensa que para moverse de un sitio a otro debe ir sentado porque no toma un taxi? O porque mejor no se queda en casa que ahí estará mucho más cómodo? Y claro que cedo mi silla cuando veo una madre con su bebé o una anciana de verdad o alguien que luce enfermo, pero en este caso no me pareció y yo merecía mi silla, así que decidí ignorarlo hasta mi destino.
Me paré a esperar la siguiente ruta en un sitio que resulta ser muy bonito pero algo solitario, estando allí se estacionó un bus que no era el mio se bajaron algunas personas y de últimas saltó algo que parecía un pequeño gnomo, llamó mi atención por el espectacular brinco que dió para salir del bus cuando ya estaba por cerrar la puerta, entonces ví que se trataba de un pequeño hombrecito con algún desorden mental que de inmediato se dirigió a mi diciéndome que no lo habían dejado pedir monedas en el bus y que entonces yo le tenía que regalar una; sí hay algo en esta vida que me llene de indignación es que un petardo cualquiera se las quiera pasar de vivo y haciéndose el loco pretenda que yo le regale mi dinero que consigo laborando fuerte y honradamente y mucho más cuando se nota que si hiciera un esfuerzo y se bañara podría conseguir un trabajo como cualquier habitante de este planeta y tener su propio dinero, lo que me deja muy claro que para esa clase de gente es mucho más cómodo vivir de “pedir “ que siquiera intentar.
Como obviamente mi respuesta fue negativa se me ha venido
encima con insultos y gritos, de entrada por su presentación personal ya me
causo repugnancia y luego con esa manera de incoherencias que me gritaba el
único efecto que logró generar en mi a cambio del miedo que pretendía que yo
sintiera fue un salto aceleradísimo de mal genio, es decir que logró sacar de
mí el Chuky que llevaba dormido pero con ganas de levantarse hacia más de una
hora, sin embargo siendo una dama y tratando de conservar el glamour lo primero
que le grité (porque debo aceptar que si le grité) fue exactamente eso: NO ME
GRITE! ATREVIDO! Lo que desencadenó más ira en él y trató de acercarse más,
luego pasada la tarde y ya con calma deduje que lo que pretendía al acercarse
tanto era ver que me podía robar pero yo nunca voy dando papaya por ahí asi que
el fulano tuvo que resignarse, pero no fue tanto así, como yo ya me sentía poseída
por los mil demonios además de la preocupación que tenía de llegar tarde al trabajo pues a la mayor
brevedad saqué mi glamour hacia un lado de mis bolsillos muy cerca de mi iphone
donde ninguno se fuera a perder y reacción siguiente viendo cómo se dirigía
hacia mi yo también me fui hacia el,
(debo confesar que tuve toda la intención
de ponerle su par de cachetadas), en ese momento como caídos del cielo pasaron
4 muchachos que hicieron que glamour me pellizcara desde el bolsillo para que
yo saliera de ahí, eso hice, dejé al loco
peleando solo y me fui con ellos en la otra dirección , sin embargo el fulano
nos seguía muy de cerca gritando cada vez más cosas locas hasta que en otro
arranque decidió tirarse a la avenida y casi se hace atropellar de una
camioneta, en ese momento me sentí tranquila, me devolví hasta la parada del bus en que
inició todo y esperé mi bus que casi de inmediato llegó, tuve mucho
pensamientos feos, hasta llegué a pensar que hubiera sido lo mejor para todos
que lo hubiera golpeado el carro, ya calmada durante el trayecto me arrepentí
de eso tan malo que había considerado y concluí que uno siempre piensa que
tiene problemas, se altera, se preocupa, se desespera, pero viendo ese
hombrecillo que puede que si estuviera haciéndose el loco o que en realidad lo
estuviera, tal vez su vida en medio de ese trastorno no le da muchas
alternativas y que si las circunstancias en ese momento hubieran sido otras, la
locura de él me hubiera podido conducir a otra mayor a mí y aunque no es justo
que un desconocido llegue a arruinarte tu tranquilidad y raye tu paz interior,
uno nunca sabe que está pasando en el mundo del otro y sí cada uno de nosotros
hiciera esta reflexión antes de reaccionar y juzgar a los demás tal vez el mundo sería un
lugar mejor.
Ah y llegué 15 minutos tarde al trabajo nadie me dijo nada
porque el local se había inundado la noche anterior y todos estaban muy
concentrados solucionando ese detalle.
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